He probado la forma de pagar más cómoda que existe. Ni tarjeta bancaria, ni móvil, ni reloj… ni siquiera Bizum. Quiero hablarte de Rikki, el anillo para pagar que seguramente ya has visto en Instagram y TikTok, contarte mis opiniones, explicarte cómo lo uso en mi día a día y repasar cómo consigue funcionar sin internet, sin tener el móvil cerca y sin batería.
Rikki combina la filosofía del minimalismo japonés con la experiencia de una fintech de Barcelona que cuenta con un equipo con varias startups de éxito a sus espaldas. Y la verdad es que su sencillez y su utilidad me han conquistado.
Diseño de Rikki, al gusto del consumidor
Existen dos tipos de materiales para el anillo: titanio, más ligero, resistente y garantizado de por vida, con un acabado mate cepillado espectacular, y cerámica, en varios colores disponibles (blanco, gris, negro y rosa) y a su vez en dos tamaños (normal o slim).
En mi caso, el modelo que elegí fue el Rikki de cerámica Slim en gris antracita y la verdad que me parece todo un acierto. Es discreto, elegante, con una altura óptima para que parezca un anillo “normal” (son 5 mm comparados con los 7 mm de la versión estándar) y con un acabado mate precioso. De todos los modelos que hay, este y el de titanio me parecen los más elegantes y bonitos, pero la diferencia de precio entre uno y otro es de 99 euros, por lo que merece mucho la pena pararse a pensar bien si está justificado y si realmente te va a aportar esta diferencia de precio.
En la parte interior tiene grabado el nombre del anillo, Rikki, y en la exterior se aprecia un pequeño círculo, con los bordes haciendo un efecto ligeramente más brillante que el resto del cuerpo, algo que a mí me gusta mucho cómo queda.
¿Qué diseño de Rikki elegir? Mi consejo es que mires tus manos y escojas aquel que se adapte mejor a lo que normalmente llevas. Si sueles llevar anillo muy llamativos, un blanco o un rosa te pueden ir genial, pero si eres más tradicional sin duda el negro o el titanio son las opciones más interesantes. A fin de cuentas, el propósito de Rikki es crear tecnología “invisible”, por lo que el anillo para pagar que elijas debe adaptarse a tus manos y no desentonar con el resto de accesorios que normalmente utilizas. Me ha recordado un poco al Kingston XS1000 que también probé hace poco y que me ha perdido tener un respaldo de mis datos siempre disponible, en un tamaño minúsculo.
Cómo elegir la talla del anillo Rikki
Las tallas de los anillos Rikki van desde la 5 a la 13. Elegirla puede ser un poco complicado, pero te recomiendo que sigas 100% las instrucciones para acertar. Tienes varias maneras de medirlo: con hilo y una regla, con otro anillo que ya tengas en casa o incluso pidiendo un medidor por 4,99 euros, que posteriormente te descontarán cuando hagas tu compra. Como idea, si tienes un medidor de AliExpress o cualquier otra tienda, también te vale.
Un aspecto muy curioso es que al momento de hacer el pedido te sale una opción para que recompruebes la talla, utilizando la cámara de tu móvil, una tarjeta de crédito o fidelización de tamaño estándar y tu mano, la inteligencia artificial calculará tu talla.
Si te equivocas de talla, no hay mucho drama, ya que tienes 14 días para hacer un cambio gratuito. El proceso de reemplazo también es muy sencillo.
Mi consejo es que combines un par de métodos de lo que te proponen para calcular tu talla si no sabes cuál es y que, en caso de que dudes entre dos, elijas la más grande (sin pasarte demasiado). Piensa que con el calor, la actividad física, etc. los dedos pueden aumentar su tamaño y si te resulta muy incómodo no vas a querer utilizarlo. Además, es más fácil ajustarlo por grande que por pequeño. Yo he descubierto estos ajustes de anillo que valen menos de dos euros, vienen un montón y pueden ser muy útiles para ajustar cualquier anillo de una forma rápida en caso de que tus dedos adelgacen.
¿Cómo funciona este anillo para pagar?
La clave está en la tecnología NFC que utilizan otros dispositivos, como los smartphones o los relojes inteligentes. Pero no solo basta esto. Aparte de contar con un chip de alta seguridad, está certificado por VISA y Mastercard para garantizar la seguridad de tus pagos.
A partir de aquí, se paga mediante un token que crea el anillo, para proteger tus datos, y al igual que otras tarjetas también te pedirá PIN en pagos superiores a 50 euros. Desde la app de Rikki podrás vincular tu tarjeta o crear una tarjeta puente que funciona como una especie de “Wallet”. La primera opción es la más cómoda, pero tiene la desventaja de que actualmente solo funciona con VISA de Revolut o Mastercard de Unicaja. La segunda opción puede ser un poco más liosa al principio, pero a la larga creo que es bastante interesante, ya que sí te permite vincular varias tarjetas y elegir cuál usar en cada momento desde la propia app.
Es un sistema muy seguro, en este sentido no debes tener problemas. Si, por ejemplo, desvinculas el anillo en la app para dárselo a otra persona, automáticamente se invalida el token con el que pagas, por lo que ya no se podrá utilizar el anillo para pagar ni usar tu tarjeta. Además, si te sientes más seguro dejándolo apagado cuando no lo vayas a usar, puedes hacerlo desde la propia app.
Opiniones de Rikki, ¿merece la pena?
Rikki me ha parecido una solución fantástica para mi día a día. Es el método de pago más cómodo que he probado, realmente cumple su función de caminar hacia una “tecnología invisible”, que se integre en nuestra vida y no al revés. Es como si llevaras un anillo más, pero con la ventaja de llevar también encima tu dinero.
Entre sus ventajas, sin duda destaco que no necesitas llevar también el móvil, ni requiere batería y además es sumergible hasta 50 metros de profundidad. Me parece súper útil por ejemplo para llevártelo a la playa, a la piscina, a hacer deporte, etc. Yo desde que me llegó lo he utilizado a diario y me parece comodísimo.
Además, viene con un joyero de madera de olivo muy bonito y práctico para que tengas siempre un sitio donde dejar el anillo cuando no lo lleves puesto y así evites que se te pierda.
¿Alguna desventaja? En primer lugar, creo que el precio todavía puede ser un factor algo limitante. La versión más económica tiene un precio de 150 euros, por lo que es cierto que es una cantidad suficiente para que tengas que estar muy seguro de tu compra. Además, los canales de venta son limitados, de momento, solo lo he visto disponible en su tienda oficial. Aquí te dejo el enlace de compra.
Comprar anillo Rikki en su tienda oficial
Otra desventaja es que si quieres vincular una tarjeta directamente está todavía bastante limitado. Para otras tarjetas tendrás que crear una tarjeta puente y también hay varios bancos que de momento no son compatibles (EVO Banco, Abanca, Openbank y la tarjeta AQUA de BBVA).
El gesto para pagar al principio puede ser algo confuso. Tienes que localizar dónde está la zona de pago del terminal y colocar tu mano en la posición correcta. Mi consejo es que cierres el puño y coloques tu mano plana sobre la zona de pago. También puedes visualizar el gesto de tocar una puerta. En cualquier caso, prueba con calma un par de veces y te aseguro que en cuanto le cojas el truco ya te va a salir solo el gesto y en un segundo tendrás tu pago listo.
Y ahora, la pregunta del millón: ¿me lo compro? A mí es un producto que me ha gustado muchísimo y que ya no me lo quito, pero también entiendo que no es para todo el mundo. Si el precio y la limitación de tarjetas no es un problema para ti, adelante, es muy buena opción de compra y realmente es tecnología que aporta utilidad a tu vida. Si sueles hacer actividades en las que llevarte el móvil te resulta más complicado, como actividades acuáticas o deportes al aire libre, contar con el anillo para pagar también te puede ser de gran ayuda.