El pasado fin de semana disfruté de una cena en Chamberí, una de esas noches que pasan al recuerdo porque cada plato es mejor que el anterior, cuando ya parece que eso es imposible. Hasta ahora desconocido para mí, el Restaurante Prístino entra directo a mi lista de favoritos en Madrid. Está de moda y no es para menos. Su ambiente y su carta bien merecen una Estrella Michelín.
Restaurante Prístino: dirección, reservas y horario
El Restaurante Prístino se encuentra en Paseo de Eduardo Dato, 8, en el madrileño barrio de Chamberí, muy cerca de la parada de metro de Rubén Darío. Se definen como una «casa de comidas contemporánea», pero ya os adelanto que es mucho más que eso lo que vas a encontrar aquí.
Puedes reservar directamente en su web o en el teléfono 917373640. El horario comienza cada día a las 13:00h y cierra a las 18:00h los domingos, a las 00:00h de lunes a miércoles y a las 02:00h los jueves, viernes y sábados.
Opiniones sobre la carta del Restaurante Prístino
Lo más difícil en el restaurante Prístino es elegir. Y es que TODO en su carta tiene una pinta increíble. Además, las raciones son muy generosas, por lo que te adelantamos que mejor vayas pidiendo poco a poco para que no acabes rodando…
El ambiente es muy tranquilo y selecto, con un salón que se reparte en dos zonas, una más interior y otra con cristaleras al exterior. También tiene una pequeña terraza. ¿El personal? Totalmente a la altura: amable, eficiente y con un alto conocimiento de la carta.
En mi caso, pude probar los siguientes platos, todos un acierto seguro.
Salmorejo (9,50 euros): Un fuera de carta. Si tienes suerte de que cuando vayas lo tienen disponible, debes probarlo sí o sí. Para mí es el mejor salmorejo que he probado nunca. El sabor es supremo, pero la textura es de otro mundo.
Pulpo a feira (24,50 euros): El clásico pulpo a la gallega, con pimentón y base de patata, reinventado. La patata es tipo revolcona y el pulpo tiene un punto increíble. Ni un trozo está más duro o más blando que otro.
Chistorra a la brasa (14,50 euros): Doce trocitos de chistorra, perfectamente elaborados y no demasiado grasientos. Producto de gran calidad.
Croquetas cremosas de jamón (10,50 euros): Pedimos media ración porque la ración completa trae ocho unidades, muy por encima de lo que suelen ofrecer otros restaurantes en Madrid. La textura es melosa y el sabor intenso. Tienes que probarlas.
Albóndigas de txuletón (23,50 euros): Vamos con los principales y en este caso pedí unas albóndigas de txuletón. A primera vista, puede parecer una ración más mediana, pero ya te aviso que llena mucho. Vienen cinco unidades, ten en cuenta que la carne es un pelín más dura que en otro tipo de albóndigas. La salsa es de otro mundo, con un toque dulce, meloso y con un sabor muy acentuado. Riquísima.
Rabo de toro con parmentier de oloroso (21,50 euros): Se deshace en el tenedor. Una carne muy suave acompañada por un parmentier delicioso.
Tarta de queso (7 euros): Si todavía tienes sitio para el postre, te recomiendo la tarta de queso. Es de Idiazábal, por lo que el sabor es bastante potente, tirando más al salado que al dulce, y la textura es muy cremosa. Es un concepto que a mí, personalmente, me gusta mucho.
El de chocolate (7 euros): El otro gran éxito en las cartas de postres son las elaboraciones de chocolate. En este caso, diría que fue el plato más flojo para mí, porque me suelen gustar más las elaboraciones sólidas que las líquidas. Y en este caso tenemos un postre basado en chocolate líquido, con frutos secos, cereales y una bola de helado.
Además, nos invitaron a chupitos de crema de orujo, pacharán y licor de hierbas al terminar. Un detallazo.
En definitiva, es un restaurante que tienes que visitar sí o sí. Para la calidad que ofrece no me ha parecido desproporcionado en precio, además las cantidades son muy generosas. Me quedé con ganas de probar su ensaladilla rusa, sus gambas de cristal con huevos fritos y sus arroces. Volveré.
Gracias a Prístino por la invitación.